jueves, 2 de julio de 2009

MAL USO DE LA TECNOLOGIA



No es tan fácil
La tecnología basada en el hidrógeno parece ser una garantía para el éxito científico. Chiquito y simple: un protón y un electrón en su forma más común, el hidrógeno fue el primer elemento en formarse a medida que el Universo se enfriaba luego del Big Bang, y aún hoy, 15 mil millones de años más tarde, es el más común de todos los elementos. Representa el 90% de todos los átomos del Universo, dos tercios de los átomos presentes en el agua y una buena parte de los átomos localizados en los seres vivos y sus herederos geológicos, los combustibles fósiles.
Nuestro amigo el hidrógeno y sus características
Para los científicos y también los ingenieros, estos átomos representan una promesa a la vez que una frustración. Fuertemente electronegativos, se muestran muy inclinados a unirse entre sí, y liberan ingentes cantidades de energía cuando lo hacen. Esto los convierte en algo muy útil potencialmente, siempre que uno pueda encontrarlos. En la Tierra, los átomos de hidrógeno libres son extremadamente raros de hallar. Deben ser liberados rompiendo sus enlaces químicos con otros elementos, en un proceso que exige mucha energía. Una vez sueltos, los átomos se aparean en moléculas biatómicas, con nubes electrónicas simétricas —en forma de campana— que están tan bien equilibradas que sus diferencias de carga sólo pueden convertirlas en un líquido a unos helados 252,89 °C bajo cero, sólo 20 °K por encima del cero absoluto. El resultado, a niveles térmicos humanos y normales, es un gas invisible, liviano y muy explosivo, difícil de almacenar, transportar, licuar y manipular con seguridad. Por añadidura, sólo será capaz de liberar exactamente el monto de energía que previamente el ser humano puso en él. Todo ello indica que el uso del hidrógeno como método usual de economía energética está lejos de ser algo sencillo.
Un ejemplo de los peligros del mal uso del hidrógeno
La imagen que los ecologistas tienen del hidrógeno puede estar equivocada: el hidrógeno serán tan ecológicamente limpio o sucio como limpio o sucio sea el procedimiento que lo produzca.
La tecnología para producir hidrógeno libre será tan trabajosa, que es seguro que la quema de combustibles fósiles como recurso energético persistirá como procedimiento primario por al menos otros cincuenta años.
De aquí sacaremos el hidrógeno
El uso de este gas —tomado primordialmente del agua— puede llegar a convertirse en algo sustentable, con menores emisiones y con seguridad energética, pero necesitará ingentes cantidades de energía y fondos para llegar a ser realidad. El problema es que los países centrales —que serían a primera vista los más interesados en lograrlo— tiene muy limitadas existencias de una y otros.
Los fanáticos del hidrógeno argumentan que los autos convertidos a este gas podrán quemarlo en los mismos viejos y buenos motores de combustión interna, pero olvidan mencionar la gigantesca infraestructura que se necesitará para obtener el hidrógeno libre.
Autobús propulsado a hidrógeno que ya circula en Canadá
El mundo puede terminar, es cierto, en una economía basada en el hidrógeno, pero la misma puede llegar a ser muy diferente de la esperada. Tal vez alguno de los pasos intermedios en la ruta hacia el hidrógeno se convierta en el punto final del camino.
Lo único seguro es la incertidumbre y la complejidad que sin dudas traerá consigo lo que promete ser un viaje largo y científicamente complicado. Mientras tanto, algunos expertos afirman que una tecnología de base más amplia (no basada en un solo átomo) y de no tan largo término, puede representar una ruta más segura para lograr los mismos objetivos. Es cierto: hay países como Islandia que, con su eficiente aprovechamiento de la energía geotérmica, han alcanzado grandes logros sin depender del hidrógeno.

1 comentario:

  1. saludos luis emilio muy interesante el tema para discutir..@lexis Briceño

    ResponderEliminar